Yakutsk es la ciudad más fría de la Tierra, con inviernos de -71ºC y hábitos sorprendentes | Perfil

2022-12-07 17:44:45 By : Mr. Zhihao Wang

Editora Mónica Martin monicamartin.turismo Más notas de Mónica Martin

Yakutsk es la capital de Sakha, una república autónoma de Rusia. Los pobladores están tan acostumbrados al frío que sólo comienzan a sentirlo cuando la señal de mercurio desciende por debajo de los -40º C. Algunos de los últimos inviernos la marca térmica llegó a -71º C. Y, en verano, a -47ºC.

Ese récord reciente convirtió a Yakutsk en la ciudad poblada y urbanizada más fría de la Tierra. Cuando en el Mar de Ross de la Antártida hace -20º C, en la ciudad siberiana de Yakutsk hace el doble de frío en verano.

Esas condiciones extremas tapizan la vida cotidiana de rarezas y hábitos asombrosos que serían la delicia de mini Einsteins aprendices de física. Por ejemplo:

Ahora es verano y los pobladores disfrutan de un sinfín de noches blancas interminables. En pocos días más, ya llegará julio, el mes más benevolente con los Yakutskianos, cuando el termómetro puede trepar hasta un máximo promedio de 18 °C a pleno sol.

Lo difícil es sobrevivir durante el largo invierno, en el que, al menos tres meses, entre el 16 de noviembre y el 26 de febrero, los habitantes se sienten lejos de la mano de Dios. Durante esas semanas de auténtico frío polar ártico, sólo hay luz solar 3,5 horas por día y la temperatura máxima promedio diaria es inferior a -24 °C; una friolera.

En realidad, la temperatura media de enero es de -41 °C y la de julio, 18 °C. Con todo, el calentamiento global también llegó a Siberia, ya que, pese a su clima subártico extremo, en Yakutsk han conocido recientemente preocupantes veranos de 33º C.

Aunque la nieve esté garantizada, llueve poco, apenas 235 mm por año. En un ambiente tan frío y seco, la población tose, tose: sus pulmones no están acostumbrados a 59 °C de oscilación térmica entre estaciones, una de de las mayores del planeta.

Yakutsk se encuentra sobre el permafrost: un suelo congelado de 30 metros de espesor y es la ciudad urbanizada más fría del mundo. En el último invierno, se registraron -64,4º C.

Apenas a 450 kilómetros del Círculo Polar Ártico y pese a su ubicación excéntrica, Yakutsk, es la ciudad más poblada del noreste de Rusia. Allí, en el valle del río Lena, viven 300.000 habitantes que disfrutan de un puerto, dos aeropuertos, la Universidad Federal del Noreste, una rica vida cultural (Museo del Mamut y Festival Internacional de Cine incluidos) y lo que resta de una pujanza económica bendecida por yacimientos de oro y diamantes (20% de las reservas mundiales).

El desarrollo científico, además es pujante en ese extremo planetario. Mientras en Argentina no podemos entubar el Riachuelo ni sanear el Río de la Plata, allí se encuentra uno de los mayores detectores de rayos cósmicos del planeta y un instituto que asesora a nivel mundial sobre construcciones en suelo congelado -Permafrost-.

De todos modos, su pasado dista de ser el paraíso. Durante el régimen soviético, que mandaran a alguien “a Siberia” significaba un destierro en la República de Sakha, en donde sobrevivir era para valientes. La ciudad se pobló con disidentes del stalinismo y hoy la pueblan sus nietos. La composición étnica originaria es de mayoría turca; sólo el 38% son rusos.

Desde luego, luchar contra el frío es una de sus batallas mejor ganadas. ¿Cómo hacen?.

“Salir de noche significa la muerte. Algunas personas no tenían ropa adecuada y se fueron al bosque; sus autos se rompieron y no pudieron llamar a nadie porque no había servicio telefónico. Y murieron”, comenta una pobladora a Ruhi Çenet, autor de un video para un canal de Youtube.

“Todo el estilo de vida del pueblo Sakha es cuidar la naturaleza, respetarla. Cuando éramos niños, mi familia y mis hijos solíamos ir al bosque a cazar y pescar, era sólo una parte de nuestras vidas. Siempre recordamos que no somos los dueños de este mundo; sólo somos invitados. Cuando vamos a recoger bayas, hacemos un ritual; llevamos un poco de comida y la dejamos en el bosque y pedimos “Naturaleza, por favor comparte con nosotros, danos algo de comida. Es para el dueño de esa Tierra, el espíritu”, comenta la entrevistada.

Y agrega que, cuando están en un bosque no se habla en voz alta, porque puede molestar a los espíritus. “No puedes beber allí, divertirte, arrojar basura. No molestes, no perturbes, no destruyas. La religión Yakutsk no tiene iglesia, no está en libros. Hay un centro de nuestra religión, pero no es como otras. No rezamos todos los días. Está en nuestra mente, nuestro estilo de vida. Y todo está relacionado con la naturaleza. Nuestro dios es la Naturaleza.

El verano también tiene sus bemoles. Con el derretimiento que produce el calentamiento global, los días de estío salen a la superficie los cadáveres de mamuts. Y junto con ellos, virus que estuvieron ocultos durante miles de años, transmisores de enfermedades contra las cuales nuestro sistema inmunológico no está preparado.